domingo, 17 de agosto de 2008

Leyenda popular mataca
“La carne y todos los huesos se vuelven a la tierra, pero el espíritu se vuelve como un pájaro o como cualquier otra cosa. Cuando uno se muere, sale el espíritu de uno, pero sale de noche. Anda de noche. Esos silbidos que se sienten son de nosotros cuando uno se muere. Anda por acá nomás y silba; es lo que a veces uno siente. Los pájaros son los espíritus de los antiguos, pero los de ahora son los silbidos que salen de noche. De día no, porque uno no puede verlos. Cuando uno anda, con la luna, lo ve como una sombra; entonces se pierde abajo y sale allá. Pero uno no puede ver al espíritu. Así como de día ve la sombra del sol, así es. Igual es la sombra de los criollos que de los matacos. No come pero baila. Apenas se muere uno, esa noche ya anda el espíritu del muerto.”




Naufragios (1555)
A cabo de estos cuatro días nos tomó una tormenta, que hizo perder la otra barca, y por gran misericordia que Dios tuvo de nosotros no nos hundimos del todo, según el tiempo hacía; y con ser invierno, y el frío muy grande, y tantos días que padecíamos hambre, con los golpes que de la mar habíamos recibido, otro día la gente comenzó mucho a desmayar, de tal manera, que cuando el sol se puso, todos los que en mi barca venían estaban caídos en ella unos sobre otros, tan cerca de la muerte, que pocos había que tuviesen sentido, y entre todos ellos a esta hora no había cinco hombres en pie.

Álvar Núñez Cabeza de Vaca